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     E S T Á  M U C H O  M Á S  C E R C A  D E  L O  Q U E  C R E E S

 

¿Mi vida tiene un propósito?  

Por Bradley Griese

 

¿Por qué? Esta simple pregunta está cargada de suposiciones sobre lo que los filósofos llaman el estudio del propósito. Los “por qué” son preguntas de propósito. Buscamos las razones por las que las cosas ocurren cuando ocurren. ¿Por qué cae la lluvia? ¿Por qué la tierra gira sobre su eje? ¿Por qué has nacido en tu país o nacido en un momento determinado de la historia?

Cuando surge la pregunta del propósito, nos preocupa nuestro final, nuestro objetivo y metas. Éstos asumen que nuestra vida tiene sentido, no es insignificante. Los filósofos intentan negar que haya algo con un significado último y con importancia. Pero la pregunta constante de nuestro “por qué” demuestra que no lo han conseguido. Incluso la respuesta de un cínico al “por qué no” es un compromiso encubierto de propósito. Explicar por qué no estamos haciendo algo es dar una razón o propósito para no hacerlo. El propósito queda en un Segundo plano. Nosotros, los seres humanos, somos criaturas comprometidas a un propósito. Hacemos cosas por una razón- con algún tipo de objetivo en mente.

Hay dos tipos de propósito- el cercano y el lejano o último. Si hablamos de deportes, el objetivo más cercano sería, para el tenista, ganar el punto, luego el set y por último, el partido. El golfista, Sergio García, tiene un propósito cercano de pegar un buen drive con el fin último de ganar el torneo. En el fútbol, el objetivo más cercano es realizar un buen tiro a portería para marcar. El propósito final de los propósitos cercanos es ganar el partido.

En la Biblia, en el Antiguo Testamento, hay una ilustración sobre el propósito en la vida de José. Los hermanos de José lo vendieron como esclavo cuando tenía 17 años. Fue llevado a Egipto, terminando en prisión, fue llevado ante el Faraón y por último fue nombrado segundo mando del Faraón, gobernador de Egipto. Cuando los hermanos de José fueron de Canaán a Egipto para conseguir comida debido a la hambruna, temían que José se vengara de ellos por lo que le habían hecho. José lloró y abrazó a sus hermanos y dijo, “vosotros pensasteis mal contra mi, más Dios lo encaminó a bien! (Gen. 50:20). Como podéis ver, los hermanos de José tenían un propósito cercano, deshacerse de José. Dios tenía un último propósito diferente, salvar Egipto y la familia de José a través de la hambruna, preservando al pueblo de Dios para Sus propósitos futuros. Dios usó el propósito cercano del acto terrible de los hermanos de José para servir Su último propósito para salvar a una nación entera.

Todos experimentamos lo que parece ser accidentes trágicos o enfermedades. Cuando tenía treinta años, se me diagnosticó una forma rara de cáncer que casi siempre era terminal. Mi esposa y mis tres hijos, de edades 5, 3 y 1 año, estaban devastados. Dios había permitido este propósito cercano en mi vida por una razón. Poco entendía yo en aquel momento, de que Dios traería sanidad y mostraría su propósito final de dirigirme a ser un Capellán de hospicio trabajando con cientos de enfermos terminales. Dios tenía planeado un propósito mucho más grande de lo que yo podía imaginar. Dios podría haber evitado el cáncer. El es Todopoderoso y Omnisciente. Pero Dios tenía un propósito que afectaría a muchas vidas a través de la sanidad milagrosa y cambió la dirección de mi vida.

El “por qué” una pregunta que para mí fue respondida. Dios reveló Su plan y propósito para mi diagnóstico de cáncer. Pero no todo el mundo obtiene una revelación clara de lo que Dios está tratando hacer a través de tragedias y los dolores. Puede que no obtengas una respuesta completa en esta vida, pero puedes estar seguro de que esto: Dios nunca ha tenido una intención o propósito malvados hacia ti. La Biblia dice que Dios cumple el beneplácito de Su voluntad. Puede que nosotros no siempre entendamos el “por qué”, pero los propósitos finales de Dios hacia ti son siempre para bien. Dios te ama de forma incondicional. Nadie te ama como el Dios de la eternidad. A través de su increíble amor, Dios te ofrece el mayor propósito para tu vida. Para conocerle personalmente y recibir el mayor de los regalos que recibirás a lo largo de tu vida- la vida eterna. La Biblia dice: “el regalo de Dios es la vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor”.

A través del viaje de un cáncer devastador, la mayor paz, consuelo y seguridad fue tener una relación de amor con Jesús y saber que El iba a cuidar de mí, sin importar lo que pasara. Eso es lo que El quiere dar a cada uno de vosotros si confiáis en El.

 

Vaya a "4 pasos hacia la esperanza", para saber más acerca de Dios trabajando con un propósito en la vida de la gente común.

Bradley M. Griese, Sr. ha sido pastor en los Estados Unidos durante muchos años, y también trabaja como hospicio y como prisión chaplino.